El eco de las palabras. Teresa Galeote

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El eco de las palabras
Teresa Galeote
El eco de las palabras. Teresa Galeote

Colección NARRATIVA nº 41
ISBN: 978-84-942182-3-1 • 224 páginas • PVP: 16,95 €
Prólogo de Lourdes Ortiz.
Finalista del VII Premio de novela Ciudad Ducal de Loeches



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INFORMACIÓN DEL LIBRO:

Un trágico accidente deja a Aurora en coma. Marta, su madre, debe enfrentarse a la situación e impedir que la inercia se adueñe de sus vidas. "Hay que esperar", dicen los médicos; la respuesta le parece a Marta obscena, pero debe rendirse a la realidad impuesta. Y Marta inicia un camino imprevisible. Besa la frente de Aurora y se sienta junto a ella; toma sus manos y, mientras las acaricia, comienza a hablar de su vida. Quiere que las palabras despierten la conciencia de su hija.

Lourdes Ortiz afirma en el prólogo sobre esta obra: "Jugar con las palabras, la palabra como regeneradora y dadora de vida. Este es el hermoso y logrado propósito de esta novela, que nos cuenta el intento desesperado de una madre ante la situación de su hija. Es con la palabra cómo la madre intentará salvarla, con ese largo relato que ella va componiendo día tras día para crear un estímulo, que sirva para despertar el cerebro dormido de la hija. Con paciencia, ella se convierte así en narradora y la narración es al mismo tiempo para ella es un modo de enfrentarse a su propia vida, para construir una biografía, una especie de cuento en el que se van insertando recuerdos y anécdotas del pasado y de ese modo, al tiempo que habla en voz alta para los oídos cerrados de su hija, se va descubriendo a sí misma".

Al fin, el regreso de Aurora se produce y con él llega el recuerdo de Alberto, el padre ausente, el eterno viajero. El contador de aventuras que envuelve con palabras a su hija sigue indemne en el recuerdo de Aurora. ¿Qué hacer para que la hija destierre la imagen que se ha forjado del padre?, se pregunta Marta. ¿Cómo decirle que no vendrá? Es inútil, porque en la memoria de la hija persiste una realidad que no quiere ser desvelada. Y Alberto se alza entre madre e hija como muralla; un muro que sólo la verdad puede derribar. Pero existe un enigma que Marta debe descubrir; un enigma que encubre una gran cobardía.



La autora: Teresa Galeote
Teresa Galeote

Ganadora del II Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica con su anterior novela, Más allá de las ruinas, y Finalista del VII Premio de ovela Ciudad Ducal de Loeches con El eco de las palabras.

Reside en Alcalá de Henares desde 1982. Licenciada en Filosofía y Letras, ha sido Consejera de la Fundación Cultural Colegio del Rey, Consejera en el Consejo Escolar Municipal, ha sido Concejal del Ayuntamiento de Alcalá de Henares por Izquierda Unida, en la legislatura 1991/1995. Actualmente se dedica por entero a la literatura. Sus últimos libros publicados son la obra teatral El vuelo de Osiris y Lucrecía, las orillas del tiempo. Ha publicado anteriormente los títulos: Los sueños, libro de relatos, (1998), Iberia, tres novelas cortas, (2001), La Universidad de Alcalá de Henares en el contexto político del S. XIX, (2003), Cosas que no se olvidan, (2006), Los días largos, novela con la que obtuvo el Premio Carta Puebla de 2008, y La crueldad, (2009). Ha participado en las antologías de Ediciones Irreverentes: Kafka, Microantología del microrrelato II, Antología del relato negro III, Asesinatos profilácticos e Historias de la imposición yanqui sobre España e Hispanoamérica.



Entrevista a Teresa Galeote
"La intelectualidad comprometida se ha acomodado al sistema"

P.- ¿Cómo enfocas en tu novela la figura del padre ausente?
R.- El padre es el irresponsable, el cobarde. La persona que no afronta las responsabilidades que le corresponden en la vida

P.-¿Por su contenido, es una novela que puede ser mejor entendida por las lectoras?
R.-Creo que sí; primero porque en la actualidad quienes más leen son las mujeres, y porque sobre las mujeres recaen todas las consecuencias del amor. Hay un frase muy significativa de Kate Millet que dice: "El amor ha sido el opio de las mujeres, como la religión el de las masas. Mientras nosotras amábamos, los hombres gobernaban". Y de esto hay que hablar largo y tendido.

P.-En tu obra tiene una gran importancia el papel de la mujer como víctima, sea por abandono, la mujer maltratada o asesinada, la mujer víctima de la guerra. ¿Consideras necesaria una labor de concienciación sobre estos problemas?
R.- Naturalmente. Siempre se habla de los problemas del hombre, pero muy poco de los problemas de las mujeres. La mujer ha sido y sigue siendo invisibilizada en la sociedad, marginada, cuando no ultrajada en todos los sentido. Y no exagero. Aunque la mujer ha logrado avances en algunas partes del mundo, sigue siendo vista como auxiliar del hombre y del Estado. También aquí hay dignas excepciones; hombres que se dan cuentan que la humanidad está compuesta por hombres y mujeres.

P.- ¿Cómo te has documentado sobre el tema del coma y la labor terapéutica de la palabra?
R.- He procurado acceder a lecturas especializadas y he mantenido algunas conversaciones con personas que han pasado por esta situación. Cuando presentamos el libro en Alcalá de Henares, mi presentador, Francisco Legaz, que lleva toda la vida en el entorno profesional de la salud, nos explicaba que él había visto casos como el que yo describo en la novela. Él coincidía en el valor terapéutico de la palabra.

P.-¿Cómo escritora te consideras cercana a la figura del intelectual tradicional? Digamos, al intelectual francés de los años 50 a 80 del S.XX
R.- Puede parecer pretencioso por mi parte, pero creo que me acerco más a la visión intelectual de esos años que indicas que al acomodamiento que impera actualmente. La Segunda Guerra Mundial fue un hachazo y había que poner nuevos principios que nos alejasen de la barbarie de las dos guerras mundiales. La Proclamación de los Derechos Humanos de 1948 iba en esa dirección, pero se han torcido. Hoy, esos derechos son violados constantemente y lo que está sucediendo con los refugiados son una bárbara prueba. Y la ONU es una institución inoperante.

P.- Afirma Michel Wieviorka que ha desaparecido la implicación del intelectual en la sociedad, que los intelectuales de izquierdas se abstienen en los principales debates públicos y que los pocos intelectuales que aparecen en público son mayoritariamente conservadores, nacionalistas y cercanos a las nuevas derechas. ¿Crees que es así?
R.- Estoy de acuerdo con esa reflexión. Aunque hay dignas excepciones, la intelectualidad comprometida se ha acomodado al sistema. Creo que actualmente hay muchas formas de adaptación y los poderes económicos tienen muchos resortes para ello. Las conciencias rebeldes se han debilitado. El sistema tiene muchas formas de lograrlo y una de ellas es la marginación que sufren periodistas, escritores y escritoras que si no entran en las líneas editoriales que marcan los grandes medios de comunicación -que muchas veces, más que informar con veracidad son creadores de opinión- no tienen oportunidad alguna de mostrar su meditación, su obra.


 

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