Colección NARRATIVA nº 87
ISBN: 978-84-17433-24-6 • 336 páginas • PVP: 20,00 €
INFORMACIÓN
DEL LIBRO:
Edison, como solución al desengaño amoroso de un amigo, crea a una androide, una mujer ideal en lo físico y en lo intelectual y sentimental. Obra magna de la literatura universal, el sueño humano de perfección.
El joven Lord Ewald se enamora de una mujer hermosa pero coqueta, sin cultura ni alma, vacía. Para reemplazarla, Thomas Alba Edison crea una androide igual físicamente al modelo ideal femenino de Lord Ewald, pero que a diferencia de aquella mujer de carne y hueso es espiritualmente superior y tiene en sí todo el conocimiento humano gracias a la inteligencia artificial. Es la primera mujer tecnológica de la literatura moderna. Villiers de l`Isle-Adam se convierte así en un adelantado a su tiempo, un visionario cuyo sueño, reflejado en esta obra, alumbra nuestra época, en la que grandes empresas crean ya robots dotados para el sexo e incluso para el amor. La Eva futura está considerada como novela de ciencia ficción simbolista; escrita en 1878 es una de las primeras obras de este género. En ella popularizó el término «androide» y sirve de inspiración para autores como Karel Čapek, Asimov, Philip K. Dick, Arthur C. Clarke o Fritz Lang.
Borges al ser requerido para elegir 30 obras cumbres de la literatura fantástica de todos los tiempos eligió a Villiers entre esos autores privilegiados y destaca en el autor bretón “el sonoro desdén de la mediocridad, de la ciencia, del progreso, de su época, del dinero y de la gente seria”
(Saint-Brieuc, Francia, 1838 - París, Francia, 1889).
Autor francés cuya obra abarca la poesía, el teatro, la novela y el cuento, se orienta hacia el simbolismo y el decadentismo, y se anticipa a la ciencia ficción con La Eva futura. Villiers de l‘Isle-Adam nos dejó una ingente y valiosísima obra, casi desconocida en nuestros días, con títulos en el ámbito de la narrativa como Isis, La Eva futura, El amor supremo, Tribulat Bonhomet, Nuevos cuentos crueles, Historias insólitas o Reliquias, entre otras. En teatro, es autor de obras como Axël, Elën, Morgane —y su versión definitiva, El Pretendiente, El nuevo mundo o La Evasión. Asimismo es autor de dos obras poéticas: Deux essais de poésie y Premières poésies. En París frecuentó cafés de artistas y distinguidos salones, donde gozó de éxito entre las élites literarias y es tratado como igual por autores como Jean Marras, Baudelaire, Leconte de Lisle, Flaubert o Mallarmé, y fue admirado por Richard Wagner.
Como cuenta León Bloy: “Mi amigo, el conde Villiers, que posee uno de los apellidos más ilustres de Europa, una de las inteligencias más luminosas de poeta que se hayan visto en este siglo, es monitor en un salón de boxeo inglés y recibe, con un sueldo de 60 francos al mes, cerca de dos docenas de puñetazos en la cara cada semana”.
Murió en la miseria, asistido por el escritor Joris-Karl Huysmans. Nos dejó una obra que gira en torno a la belleza, la perfección y la inmortalidad.