Colección NARRATIVA nº 43
ISBN 978-84-944925-4-9 • 360 páginas • PVP 19,95 €
INFORMACIÓN
DEL LIBRO:
A comienzos del siglo XIII, viejos conflictos familiares y el amor a
una misma mujer impulsan a Robert de Montfort a acusar falsamente a
su rival de practicar la herejía de los cátaros. Torturado
y sometido a proceso, Raymond logra escapar cuando está a punto
de sufrir el castigo de la hoguera. Todos creen que ha muerto durante
la huida.
Un relato cuyo hilo conductor es una historia de amor tan oscuro como
el propio Medievo; un recorrido por Occitania, Francia y Castilla en
busca del lado más tenebroso de la Edad Media junto al más
romántico y evocador: los torneos, los procesos inquisitoriales,
aquelarres, batallas, raptos, ritos de caballería, crímenes
y maldiciones, cruzados, trovadores y señores feudales; un hombre
dispuesto a todo con tal de lograr sus fines y una mujer que se debate
entre sentimiento y razón.
En el Languedoc nace el amor cortés, es tierra de juglares y
trovadores, del florecimiento de la poesía; el Languedoc ilumina
la época más oscura de la historia de occidente. Pero
su brillo y el deseo de posesión llevará a que el Papa
Inocencia III convoque la cruzada contra los cátaros, una guerra
que llevó la muerte a todos cuantos no coincidían con
la ortodoxia del momento y que favoreció la expansión
hacia el sur de las posesiones de la monarquía carpetana, dibujando
así el mapa de la moderna Francia. la monarquía capeta
y sus vasallos. La Inquisición actuó de un modo terrible
acabó con el movimiento religioso cátaro y la hasta entonces
floreciente cultura del Languedoc, creando un nuevo espacio geopolítico
en Europa occidental.
Esta obra es la ganadora del IV Premio Alexandre Dumas de novela Histórica.
Nacida en Gijón, estudió Derecho
en la Universidad de Oviedo, aunque su auténtica pasión
es la historia. Fruto de esta inclinación son dos blogs, uno
de los cuales está íntegramente dedicado al reinado de
Luis XIV y lleva por título Cierto sabor a veneno. El
otro, De reyes, dioses y héroes, aborda temas históricos
con carácter general.
Ha publicado La corte del diablo (Ediciones Áltera,
2015), una novela histórica ambientada en la Francia de Catalina
de Médicis y los últimos Valois. Ha colaborado en la antología
Tras las huellas
de Arsenio Lupin y en las tres de Mujeres en la historia
publicadas por M.A.R. Editor, además de ser la editora literaria
y prologuista de la tercera de ellas, dedicada a la Ilustración.
Su obra La leyenda del enmascarado ha sido galardonada
con el IV Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica.
P.-¿Cuál es el origen, la
razón inicial, del recorrido por Occitania, Francia, Castilla
que va a hacer el lector en La leyenda del enmascarado?
R.- El choque entre dos mundos que coexistían en aquella época
y lugar: uno brillante, de trovadores, torneos y cortes del amor, y
otro tenebroso, el del Medievo dogmático, sanguinario, intolerante
y cruel. Ambos mundos aparecen representados por los protagonistas masculinos
de la novela: el caballero occitano, culto y refinado, perseguido por
el poderoso señor feudal, ambicioso y falto de escrúpulos,
que quiere apoderarse de sus tierras y de su mujer, y para ello no duda
en acusarlo de herejía.
P.- ¿Así pues, se podría decir que tiene elementos
de novela histórica, novela romántica y novela de aventuras?
R.-Sí, reúne elementos de las tres cosas. Es, sobre todo,
una historia de amor oscuro, una historia con alguna pincelada gótica,
protagonizada por personajes ficticios en un entorno histórico
real, con hechos verdaderos, en el que he procurado mimar el detalle.
Al mismo tiempo, tiene otros ingredientes que añaden la aventura
a la trama.
P.- Nos propones un viaje al Languedoc del siglo XIII, a las cortes
de amor. ¿Se puede decir que allí nace el concepto de
amor moderno? ¿Cómo era el amor de aquella época?
R.-He oído decir muchas veces que el amor es un invento del movimiento
romántico que surgió a finales del XVIII, pero echando
un vistazo a la historia está claro que eso no es así.
Había diferencias, naturalmente. El amor no tenía nada
que ver con el matrimonio, que se contraía por razones de conveniencia;
se buscaba a la persona amada fuera de él, y estaba mucho peor
considerada una infidelidad al amante que al cónyuge. Se trataba
de una relación sometida a las leyes de la caballería,
pero que podía ser simplemente ideal y platónica. A veces
la dama era un ideal inalcanzable; se la veneraba y se estaba dispuesto
a cualquier sacrificio por ella. En cualquier caso, el amor cortés
combinaba erotismo y espíritu.
P.- ¿Qué papel tienen en la
historia que nos ofreces, los procesos inquisitoriales, los aquelarres,
las batallas, los ritos de caballería, las justas, los cruzados
y los trovadores?
R.-Todo ello potencia el interés de la trama y al mismo tiempo
nos ayuda a situarnos en aquel tiempo y lugar. Tiene el doble interés
de permitir conocer hechos, costumbres y ritos de la época y
de servir de pretexto para que los protagonistas vivan sus aventuras.
He querido que hubiera todo eso y algunas sorpresas más en la
historia. Los cátaros, los interrogatorios, las torturas, las
persecuciones y la superstición, formaban parte de aquel mundo,
y no podían omitirse.
P.- ¿Se puede leer tu novela como una historia de aventuras
que pudiera servir de base para una película de época?
R.-Supongo que no sería imposible de adaptar al cine, sí.
Está muy documentada, todo lo que sucede es verosímil
y recoge el espíritu de la época. Eso sería estupendo.
P.- Tú te diste a conocer por tus fantásticos blogs
literarios de historia. Cuáles son y qué cuentas en ellos.
R.- Uno de ellos es "Cierto sabor a veneno", y está
dedicado íntegramente al reinado de Luis XIV, sobre todo a la
petite histoire, todas esas cosas que no suelen aparecer en los libros
de texto. El otro, "De reyes, dioses y héroes", aborda
temas históricos con carácter general, da igual la época
o el lugar.
P.- Aunque aquella fue una época de esplendor cultural, de renacimiento
de las artes. ¿Se puede decir que se vivía en un mundo
cargado de dogmas religiosos, morales, de principios que resultaban
terribles para la sociedad?
R.-Por supuesto. El Medievo fue, ante todo, tinieblas, oscuridad arrolladora
que resultó más fuerte que la luz. El dogmatismo religioso
hizo mucho daño. El arte estaba casi exclusivamente al servicio
de la religión, y el sistema feudal propiciaba injusticias inimaginables.
Y, sin embargo, cuando pienso en la Edad Media estoy convencida de que
son sus tinieblas lo que más nos seduce y atrapa nuestra imaginación.
P.- ¿Cuál es el origen de esta novela?
R.-Está dedicada a mi amiga Mónica. Ella estaba enferma,
y, como era una apasionada de la Edad Media, comencé a escribir
esta historia para animarla y que tuviera alguna ilusión. Yo
escribía esta novela y ella otra paralela sobre la familia de
Guiomar de Ulloa, pero el proyecto se interrumpió porque Mónica
empeoró. Yo tenía fe en que se recuperaría, pero
nunca fue así. Mi pobre amiga falleció hace casi tres
años. Era importante para mí conseguir terminar la historia
y poder dedicársela un día.