Colección NARRATIVA nº 57
ISBN: 978-84-946123-9-8 o 204 páginas • PVP: 16,00 €
INFORMACIÓN
DEL LIBRO:
Daños colaterales reúne una novela negra y una
colección de relatos que tienen como nexo de unión la
violencia humana, desde la violencia de la guerra hasta el crimen por
interés o el terrorismo. Es un libro en el que la violencia y
los grandes intereses económicos se muestran estrechamente relacionados.
Teresa Galeote encaja en la definición de intelectual, como aquellos
que intentaron iluminar el mundo tras la Segunda Guerra Mundial;
se dedica a la reflexión crítica sobre la realidad, y
al crear sus obras
de ficción pretende que sirvan de enseñanza para incitar
al cambio
de la sociedad. Plasma lo denunciable en sus obras y muestra la
maldad o bondad de nuestros actos.
En la novela El trastero, que abre este volumen, Mario,
el hombre que le había prometido a Rosa la felicidad, ha sido
asesinado. Unos documentos que Mario guarda son la clave para desentrañar
el móvil del asesinato. Rosa y el Inspector Fuentes comienzan
una intensa búsqueda. Y en el centro de esa investigación
está un hombre que es fundamental para desentrañar el
crimen, Mendoza; quien se mueve entre los bajos fondos y las altas esferas
de la política. Novela negra en la que lo importante no es saber
quién mata, sino por qué, qué resortes mueve la
sociedad para hacer el mal.
Los relatos de Daños colaterales están atravesados
por la poética del dolor. Guerras, la terrible matanza de la
primera bomba atómica norteamericana, injusticias, el robo y
el abandono de la infancia son algunos de los temas. Para la autora,
la vida es un festín donde muy pocos están invitados,
pero donde muchos aspiran a sentarse junto a los comensales.
(Madrid)
Ganadora del II Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica con
su novela Más
allá de las ruinas, y finalista del VII Premio de
novela Ciudad Ducal de Loeches con El
eco de las palabras. Daños colaterales
es su nueva novela en M.A.R. Editor.
Reside en Alcalá de Henares desde 1982. Licenciada en Filosofía
y Letras, ha sido
Consejera de la Fundación Cultural Colegio del Rey, Consejera
en el Consejo Escolar Municipal,
ha sido Concejala del Ayuntamiento de Alcalá de Henares por Izquierda
Unida, en la legislatura
1991/1995.
Actualmente se dedica por entero a la literatura. Sus anteriores libros
publicados son la obra teatral El vuelo de Osiris y
Lucrecía, las orillas del tiempo. Ha publicado también
los títulos: Los sueños, libro de relatos,
(1998), Iberia, tres novelas cortas, (2001), La
Universidad de Alcalá de Henares en el contexto político
del S. XIX, (2003), Cosas que no se olvidan, (2006),
Los días largos, novela con la que obtuvo el Premio Carta
Puebla de 2008, y La crueldad, (2009). Ha participado
en las antologías de Ediciones Irreverentes: Microantología
del microrrelato II, Antología> del relato negro III, Asesinatos
profi lácticos e Historias de la imposición
yanqui sobre España e Hispanoamérica.
P.-¿De qué trata la novela
que es el eje central de Daños Colaterales?
R.- De corrupción, de las complicidades que se dan en ella y
de los impedimentos, en muchas ocasiones, que existen para llegar hasta
el final de las investigaciones. También se refleja la situación
de las mujeres, de las dificultades que tienen para ser protagonistas
de sus vidas, de los abusos de poder de los jefes en el trabajo, de
la falta de libertad para elegir cómo ganarte la vida.
P.-¿Novela negra, realismo social, o casi crónica periodística
de la corrupción y el delito generalizado?
R.- Novela negra, sin duda. En la trama puedes meter más o menos
componentes sociales, ya que el género lo admite, pero debe ceñirse
a la historia que quieres contar. Hay que diseccionar las causas de
lo que acontece en la historia para que encajen las piezas, como si
de un puzle se tratara. Y crónica también, por supuesto,
aunque el tratamiento sea literario.
P.-.-¿Por qué en tus novelas los personajes principales
son siempre mujeres?
R.-Porque soy mujer. Las historias de mujeres se cuentan mejor desde
nuestra óptica. La literatura está poblada por mujeres
y hombres, en mayor o menor medida, pero no en todas se da a la mujer
el papel protagonista o se cuenta su sentir. Yo quiero contar historias
desde el punto de vista de la mujer, ya que, casi siempre, se le ha
dado un papel auxiliar en la vida, en literatura y en la sociedad. Hay
que tener en cuenta que la mujer ha participado en la sociedad desde
el principio de los tiempos, pero la historia ha sido contada y escrita
por hombres y se han olvidado de las mujeres; solo se las veía
como objetos para servir al varón. Así lo establecieron
las religiones monoteístas, con la complicidad de filósofos
y científicos. Aristóteles decía que la mujer era
un hombre incompleto, una simple vasija (y ahí están las
actuales granjas de mujeres para servicio de la industria, para quienes
puedan pagar una criatura por encargo). Estoy escribiendo un ensayo
sobre los inicios y la pervivencia de la cultura patriarcal a través
de la historia.
P.-Los relatos que complementar Daños colaterales son quizá
aún más duros que la novela.
R.-Sí, efectivamente. En ellos he querido plasmar temas sangrantes
que no se tratan a fondo porque no se quiere molestar a los poderes
fácticos que hacen posible tanta barbarie. Pretendo una mirada
profunda de cuanto acontece en nuestra sociedad, las causas y sus trágicas
consecuencias. Pretendo llamar a la reflexión, pero también
a la emoción, ya que ambas se retroalimentan.
P.-¿Crees aún que los libros, la cultura, pueden cambiar
el mundo?
R.-Sí, la palabra es un arma muy poderosa, máxime cuando
se tienen medios para difundirla. Ahora bien, dependiendo de qué
palabras y qué mensajes se difundan así será el
resultado de la cultura que se instale en la sociedad. Joseph Goebbels,
jefe de propaganda de Hitler, lo tenía muy claro y en esa cultura
de la difusión estamos hoy día, en mayor o menor grado.
A la cultura de la barbarie hay que enfrentar la defensa de los derechos
humanos; hay que cambiar el curso de la historia que se está
imponiendo, es cuestión de supervivencia de la especie humana.
Frente al pesimismo de la realidad está el optimismo de la voluntad,
que decía Gramsci. Si nos asentamos en la indiferencia el futuro
de la humanidad está perdido.