La última canción de Alice Wren. Jesús Salviejo

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La última canción de Alice Wren
Jesús Salviejo

La última canción de Alice Wren. Jesús Salviejo

Colección NARRATIVA nº 161
ISBN: 978-84-17433-71-0 o 330 páginas o PVP: 21,00 €

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INFORMACIÓN DEL LIBRO:

Novela ganadora del XIV Premio de Novela Negra Wilkie Collins.
Un hombre que responde al alias de señor Samsa asiste a una fiesta privada en la que la codicia, la corrupción, el sexo, la violencia y la droga son las anfitrionas; casi simultáneamente, una niña, a la que llaman Karen, víctima de trata de seres humanos, logra escapar de sus secuestradores que la retienen desde que la capturaron, años atrás, en Bangkok, y emprende una huida desesperada que la aleje de la esclavitud, en busca de un destino que parece contradecir a su propio karma, empujándola hacia un mundo nocturno en una ciudad que desconoce y en la que cada sombra parece esconder una amenaza. Mientras, la aparición de un cadáver en una bodega desconocida en las Tierras de Medina del Campo, hará que la policía tenga que esclarecer el suceso, en un escenario en el que ya hay un despiadado asesino en la calle con el nombre de SARS-CoV-2.
A partir de ese momento, el inspector de Homicidios de la Policía Nacional Abraham Cruz y la subinspectora Alice Wren, encargados de la investigación, se verán envueltos en una cadena de sucesos aparentemente inconexos, que los conducirá a un mundo turbio, subterráneo, dominado por la ambición, el ansia de poder y la sevicia, repleto de incógnitas, en el que nada ni nadie son lo que parecen y en el que las peleas de perros, la trata de seres humanos, el asesinato y la corrupción no serán sus mayores enemigos.


JESÚS SALVIEJO
Jesús Salviejo


(Valladolid, 1965). Licenciado en Filosofía y Letras en la especialidad de Historia de América, cursó talleres de Guión para el Cine y la Televisión en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba). También estudió el Máster en Escritura de Guión Cinematográfico por la ​Fundación Viridiana y la UAM, y es Especialista en Historia y Estética del Cine por la Universidad de Valladolid. Actualmente trabaja como Técnico en Educación y Cultura en la Diputación de Valladolid.
En 2009 publicó su primera novela titulada No sorprende la lluvia. Su segunda novela, Un asunto de sombras (2019) fue finalista del primer premio de Creación Literaria Villa del Libro de Urueña. Ha publicado cuentos en la revista cultural Argaya, y es coautor, junto a Miguel Martín de La catedral del agua. El Canal de Castilla, publicada por El Norte de Castilla.
Ha tenido un gran éxito en M.A.R Editor con su novela Chankoro. Ha participado en la antología de relato Castilla y León, territorio mítico. En el desván de las caracolas es su nueva propuesta en M.A.R. Editor


Entrevista a Jesús Salviejo

La novela se estructura en tres partes que son: Larva, Crisálida y Metamorfosis. Y todo tiene que ver con una idea que circuló mucho durante el confinamiento: De esta vamos a salir mejores

Jesús Salviejo

P.- Acabas de ganar el XIV premio Wikie Collins de Novela Negra con La última canción de Alice Wren que te entregarán en el Festival Atlántico de Género Negro Tenerife Noir. ¿Cómo recibiste el premio?
Respuesta.- Pues algo abrumado, a caballo entre la emoción y el desconcierto. Después, la satisfacción y el agradecimiento se abrieron paso. Además, las muestras de afecto de muchos lectores que me siguen desde Chankoro y de numerosos escritores que admiro, pusieron la guinda al pastel. Imagino que a todos los autores que reciben un premio de esta entidad les sucede algo parecido. Sólo recuerdo un momento algo similar, cuando quedé finalista del primer Premio de Creación Literaria Villa del Libro de Urueña. Pero esto ha sido infinitamente más importante y emocionante. Un reconocimiento de este calibre siempre te insufla un extra de energía para seguir escribiendo.

P.- Chankoro ha alcanzado la 6ª edición, En el desván de las caracolas, siendo una novela más exigente que la primera, ya va por la tercera y, te has atrevido con la poesía con Hotel Silencio. Y, de pronto, sorprendes a todo el mundo con una novela negra ambientada entre Valladolid y Medina del Campo.
R.- (Risas) Sí. Parece que siempre que tengo un proyecto claro, otra historia se cruza en mi camino, atrapa mi atención y me lleva en otra dirección. Aunque esta vez, no me desvié tanto, dado que ya estaba pensando en términos de novela negra. Siempre digo que yo pienso mis obras como un actor. Y como a un actor, no me gusta repetir el mismo papel. Me gustan los desafíos que me impulsan a explorar ámbitos que no son habituales en mí. En este caso el juego entre la proximidad geográfica de Valladolid y la comarca de Medina del Campo, la atmósfera del confinamiento, todos conectados y muy aislados y asustados a la vez, y lo policial me ofrecieron esa oportunidad. Y así nació La última canción de Alice Wren.

P.- La proximidad geográfica a Valladolid, Rueda, Medina del Campo, ¿Te facilitó el trabajo?
R.- Sí y no. Por un lado, sí, porque es una tierra en la que trabajo y en la que siempre he sido muy bien tratado y querido, y, eso, me lleva al lado complicado. Me costaba ver el crimen, el mal, en esos lugares, de modo que ideé una forma de hacerlo más “subterráneo”. Oculto y a la vista, al mismo tiempo.

P.- Esa idea de “lo último” presente en él, nos hace pensar en un punto final, sin retorno, que puede que no traiga nada bueno. ¿Cómo nació la idea de la novela?
R.- Como casi siempre en mí, nació con una voz diferente en mi cabeza que vino acompañada de una imagen. Una niña —aún no sabía cómo se llamaba, pero no es Alice— miraba a unos policías desde el interior de un contenedor de basuras a través de una rendija, con un miedo a ser atrapada enorme, pero, al tiempo, con una diminuta esperanza de ser encontrada, salvada. Una última oportunidad… Y me intrigó esa mezcla. Quise saber más de ella y lo supe, pero después de trescientas páginas que me tuvieron en un sin vivir.

P.-Pero al título le queda otra parte que también intriga: una canción cuya letra abre la novela y, de alguna manera, la cierra. “Viviendo junto a Alice”, de Smokie. Uno de esos viejos éxitos de los años 70. En ella se habla de una última oportunidad. ¿Es esa Alice, subinspectora de la Policía Nacional, la protagonista de la novela?
R.- Sí, una de las más importantes y, al tiempo, uno de los mayores enigmas de la novela. Pero junto a ella hay toda una galería de personajes corruptos, agentes de la ley que luchan, como otras muchas personas durante el confinamiento, no sólo con el día a día, sino con un asesino despiadado que recorre las calles y está en el aire, en cualquier lugar. En esa atmósfera de amenaza permanente en la que anida el crimen, el tráfico, la trata de personas, las peleas ilegales de perros y la codicia, es donde el destino de esa niña y Alice se cruzan.

P.-Has hablado de personajes corruptos. Uno de ellos nos ha llamado particularmente la atención, es el señor Samsa. ¿Tiene algo quever con el personaje de La metamorfosis?
R.- Así es. De hecho, la novela se estructura en tres partes que son: Larva, Crisálida y Metamorfosis. Y todo tiene que ver con una idea que circuló mucho durante el confinamiento: De esta vamos a salir mejores… pero, ¿realmente salimos mejores o nos transformamos en otra cosa? Es una pregunta para todos. Y puede que la respuesta a ese cambio esté en la novela...

P.-Hay, como siempre en tu escritura, una voz poética, pero nos ha sorprendido un nuevo matiz de acción, muy cinematográfico, que le da a la obra un ritmo de persecución y tensión.
R.- Así es. Es novela negra. Lo oculto, lo subterráneo, la tensión por la investigación, el suspense en las tramas, el enigma y la acción criminal y policial, están presentes desde el primer momento hasta el último. He contado con grandes amigos y autores que me han asesorado, aunque después yo he hecho mi particular cocina... Claro, ese es el trabajo del novelista.

P.-Además, y ese ya es un rasgo de tu voz narrativa, hay alusiones literarias evidentes, cinematográficas y musicales.
R.- Tienes razón, es que, al menos en mi caso, en la memoria de mi vida, hay una atmósfera cultural que impregna todos mis momentos y que, inevitablemente, como en cualquier otra persona, me remiten a una película, una conversación, una lectura o una música. Como bien has observado, todo gira, en cierto modo, en torno a una canción y todos tenemos una banda sonora de nuestra vida. Por eso los personajes de la novela la tienen. Y sí, inevitable la referencia a Kafka —durante la pandemia (y después también, desgraciadamente) lo kafkiano ha estado a la orden del día— y también al esperpento, a Blade Runner y su atmósfera oscura e inquietante...

P.-¿Y a Alicia en el País de las Maravillas?
R.- Sí, también mi Alice tiene algo de esa Alicia. Pero a ritmo de persecución en motocicleta por las calles de Valladolid.




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