ISBN: 978-84-939322-5-1
416 Páginas
PVP 18 €
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INFORMACIÓN
DEL LIBRO:
Scott Fitzgerald, Chester Himes, O. Henry, Ambrose Bierce, Poe y Henry
James nos cuentan con maestría cómo era el Nueva York
que conocieron, desde la época del gran auge económico
hasta la dureza de la vida en los barrios marginales. Junto a ellos,
los más destacados autores de España e Hispanoamérica
nos presentan sus vivencias en la ciudad más turística
del mundo; de su mano paseamos por los decorados de Woody Allen, corremos
el Maratón de Nueva York, revivimos la caída de las Torres
Gemelas, o contemplamos esa fachada que habíamos visto tantas
veces, pero que ahora podemos tocar.
Brillante selección de relatos de los mejores autores anglosajones desde final del S.XIX hasta hoy, hispanos y españoles que sienten fascinación o aversión por la Gran Manzana y nos hacen vivir con maestría sus sentimientos. Una selección que mantiene el equilibro entre autores clásicos, clásicos vivos y autores que se abren camino y que aportan su visión de una ciudad que se ama o se odia, por cuyas calles muchos lectores quisieran perderse.NY es una de las ciudades más literarias del mundo, en cada café antiguo hay muchas historias, en Wall Street se teje la suerte o la desgracia de todo el planeta. En los relatos de Nueva York, conviven taxis amarillos, teatros de Broadway, está vivo el espíritu de autores que amaron Nueva York, como Washington Irving, Paul Auster, John Updike o Dos Passos y se renuevan aquellas excitaciones literarias.
Un libro imprescindible para quienes buscan ese restaurante mexicano en el que transcurre una historia pasional o un bar and books donde tomar una copa imaginaria con esa persona que nos gustaría que nos acompañara a la Gran Manzana. Desde el relato negro al romántico, todo cabe en Nueva York.
Escritores desde el S.XIX hasta la actualidad: Francis Scott Fitzgerald, Chester Himes, O. Henry, Edgar Allan Poe, Ambrose Bierce y Henry James, Lourdes Ortiz, María Zaragoza, Andrés Trapiello, José Luis Alonso de Santos y Joaquín Leguina, y los autores más destacados y brillantes de la nueva narrativa tanto de España como de Hispanoamérica: José Luis Ordóñez, Juan Vivancos Antón, Jesús Yébenes, Nelson Verástegui, José Luis García Rodríguez, Andrés Fornells, Juan Serrano, José G. Cordonié, Carlos Augusto Casas, José Manuel Fernández Argüelles, Cristina Ruberte-París, José Vázquez Romero, Elena Marqués, Juan Martini, Manuel Gómez Gemas, Fabricio de Potestad, Jorge Majfud, Joseba Iturrate, El Vizconde de Saint-Luc, Álvaro Díaz Escobedo, Isaac Belmar, Tomás Pérez Sánchez, Mar Cueto, Francisco Legaz, Pedro Amorós, Anunciada Fernández de Córdova y Miguel Ángel de Rus.
es parte de nuestra vida.
P.- ¿Qué es lo mejor y lo
peor de Nueva York?
R.- Lo mejor es la sensación de conocer la ciudad aunque la visitemos
por primera vez. Porque realmente regresamos a un lugar en el que, gracias
al cine, la literatura y la fotografía, por poner sólo
tres ejemplos, han vivido nuestros sueños. Quién no se
ha imaginado siendo testigo de un crimen bajo el puente de Brooklyn,
llegando como inmigrante a la isla de Ellis, desayunando un cruasán
frente a un lujoso escaparate de la Quinta Avenida o viajando en un
metro lleno de pintadas y pandilleros con destino al Bronx. Nueva York
no es parte de Norteamérica, es parte de nuestra vida. Y lo peor
que le puede pasar a uno es morir sin ir a visitar el escenario de muchos
de sus sueños.
P.- Si alguien quisiera visitar la ciudad después de leer
el libro, ¿qué lugares les recomendaría?
R.- Después de la típica visita turística (estatua
de la Libertad, ONU, Times Square, Broodway, MOMA, Guggenheim) que en
Nueva York es imprescindible hacer, lo mejor es dejarse llevar por el
ritmo de la ciudad y perderse por sus calles. Allí el elemento
humano es un espectáculo..
P.- ¿Recuerdas alguna anécdota de tus viajes a la Gran
Manzana?
R.- Recuerdo con especial cariño el primer viaje a la ciudad.
Iba con mis padres y nuestro hotel estaba en la calle 46, muy cerca
de Times Square. Nada más llegar, nos advirtieron de que no fuésemos
a la calle 42, porque podría ser peligrosa y que no tomáramos
el metro de noche. Fue dejar las maletas y lo primero que hicimos fue
ir a la calle 42. En pocos minutos estábamos participando en
una manifestación en contra de la gente blanca, rodeados de negros
(allí afroamericanos) que nos miraban extrañados. Por
supuesto, lo siguiente que hicimos fue tomar el metro hasta Coney Island
y regresar en el mismo medio de trasporte a las 2 de la madrugada. Un
comienzo de viaje maravilloso.
P- ¿Un sitio poco conocido que recomienda?
R.- La Leica Gallery, en Broadway. Siempre tiene impresionantes exposiciones
de fotografía.
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