Colección NARRATIVA nº 95
ISBN: 978-84-17433-31-4 • 182 páginas • PVP: 16,95 €
INFORMACIÓN
DEL LIBRO:
Valladolid, 1527. Alonso Berruguete firma el contrato para esculpir su mejor obra, el Retablo de San Benito. No obstante su mecenas, el abad Alonso del Toro, se retracta de lo acordado, pues juzga las tallas “impropias”. De fondo, la corte de Carlos V, que en ese año de estancia en Valladolid ve nacer al futuro Felipe II. Las convulsiones personales y de la época empujan al escultor a perfeccionar su estilo y su carácter.
Los lectores de La espada cincel recrean el Valladolid que celebró el nacimiento del futuro Felipe II y su bautizo, que vivió la llegada a la villa de las noticias sobre el Saco de Roma, que vibró con el despacho de asuntos judiciales en la Real Chancillería, que vio gestionados sus intereses por un Regimiento y unos regidores más apegados al meollo cortesano que a la política concejil. (…) Capturar la atmósfera colectiva de un lugar —la Castilla recién heredada por Carlos I, los ecos y la resaca de los desórdenes comuneros, el soplo del aire fresco exhalado por el erasmismo— (…) El catálogo de personajes de La espada cincel testimonia el mucho oficio del autor. Todos ellos quedan perfectamente singularizados a través de un minucioso trabajo de construcción literaria: rasgos físicos, actitud, registro lingüístico, carácter, bagaje socio-cultural y principios éticos y espirituales.
El relato que completa el libro, ¡Habla, Yacente!, tiene todos los ingredientes de una leyenda romántica, en la que uno de los famosos ‘yacentes’ esculpidos por el maestro Gregorio Fernández sirve al esclarecimiento de un crimen, apelando a las debilidades supersticiosas características de nuestros antepasados.
(1976). Nace en el País Vasco, pero desde niño reside en Palencia. Es licenciado en Teología y Diplomado en Educación Social, trabaja actualmente como profesor de ESO y bachillerato. Ha publicado las novelas: Las voces y las piedras, Barcos en la llanura, Tesela y en M.A.R. Editor “El ángel sobre las olas” y “El árbol nazarí”, obras a las que se une ahora “La espada cincel”. Además es autor de dos libros de relatos: “¡Tócala, Sam!” y “Crónicas lunáticas”, ambas en M.A.R. Editor.
Tiene 54 obras de teatro editadas, así como tres discos con su grupo “Contraste”. También cuenta con más de 60 artículos y el ensayo, Frente y perfil, un buen número de poemas y canciones: V de Verso, y es autor de la trilogía infantil: Ventolino y el rapto real, Ventolino y el collar de la Luna, Ventolino y las tierras espejo. Hizo recomendaciones literarias” en Cadenas SER Palencia. Sus relatos aparecen en las antologías: Castilla y León, puerta de la Historia, Historias del románico y Somos diferentes, en M.A.R. Editor.
Ha sido pregonero literario en las fiestas de Palencia.
La espada cincel en La 8 TV
Pregunta.- La espada cincel fue publicada hace una década y ahora es reeditada por M.A.R. Editor, ¿por qué apostar de nuevo por una historia ya conocida?
R.- No lo suficiente. Es cierto que la novela fue escrita hace más de 9 años, y que durante este tiempo casi un millar de lectores han podido disfrutarla. No obstante, seguía siendo una novela querida y demandada, como su figura protagonista, Alonso Berruguete, y llevaba cuatro años prácticamente desabastecida. Con la nueva edición, mejorada y corregida, el lector puede disfrutar además de un relato inédito, “¡Habla, Yacente!”, que encuadra al otro gran imaginero vallisoletano, Gregorio Fernández, un siglo después y también en Valladolid, inmerso en una trama policíaca con la corte de Felipe III al fondo.
P.- ¿Por qué Alonso Berruguete?, ¿por qué Valladolid, y por qué 1527?
R.- Alonso Berruguete es uno de nuestros mejores escultores, no solo castellanos, sino de todo el siglo XVI; tiene el mérito de introducir en España el Renacimiento italiano, ya que aprendió allí, junto a los grandes Rafael y Miguel Ángel, los secretos del nuevo estilo. Aun así, lo que le hace original es su carácter castellano, tanto en el tratamiento de sus temas como en su carácter; en Castilla no parece quedar sitio para la idealización de Bounaroti, por ejemplo, sino para un realismo tosco, a veces insoportable, que parece muy atribuible al adusto sentir de nuestros habitantes de la Meseta. Sin embargo, detrás de esa aparente hosquedad, se oculta un torrente de pasión y un rico fluir subterráneo… como en las gentes de Castilla. Referente a la ciudad y al momento, la novela trata sobre el comienzo de uno de sus encargos más sobresalientes, el retablo de San Benito, fechado en ese año. Un año en el que, además, la corte de Carlos I recala en la ciudad del Pisuerga, y que es testigo de múltiples acontecimientos relevantes para nuestra historia, entre otros, el nacimiento del futuro monarca Felipe II.
P.- Se puede decir que esta novela no solo es histórica, en el sentido estricto de narrar acontecimientos, sino que en ella podemos encontrar almas vivas, todo un “paisaje con figuras” que la hacen atemporal en cuanto a ciertos temas, ¿no es cierto?
R.- Así es. La época y el lugar están ahí, sin embargo nos interesa los vaivenes en el alma de Alonso Berruguete, su agonía interior, su lucha creadora… y eso es atemporal y común a todos los artistas en todas las épocas. Y no solo se atiende a las zozobras del protagonista, sino también al retrato interior de su mecenas (el abad Alonso del Toro), de su mujer, de sus discípulos… Estamos ante un verdadero retablo como el que él mismo construye, con la teatralidad y el gesto de cada uno de sus personajes; de hecho, la novela recurre en su estructura externa a la composición de un retablo: banco, calles, cuerpos y ático.
P.- Algunos lectores han afirmado que tu novela sigue la senda de “El hereje”, de Miguel Delibes, y que tal vez se podría hacer una ruta literaria con tus espacios, ¿qué te parece?
R.- ¡Me parece fantástico! ¡Ojalá! Ya es un grandísimo honor que te comparen con Delibes, más aún que se fijen en tus personajes o lugares para realizar una ruta turística… De momento, que la lea mucha gente, y (un consejo) que complete su lectura con una visita al Valladolid del XVI, con parada obligatoria, cómo no, en el Museo Nacional de Escultura “San Gregorio”: allí podrán hallar, casi íntegro, el encargo de Berruguete para el monasterio de San Benito.
P.- Y por último, ¿qué puedes decir de “¡Habla, Yacente!”?
R.- Pues casi que voy a tomar prestadas las palabras de la prologuista, mi querida Paz Altés, que es además la directora de la Casa Zorrilla, en Valladolid: “tiene todos los ingredientes de una novela romántica, en la que uno de los famosos Yacentes esculpidos por el maestro Gregorio Fernández sirve al esclarecimiento de un crimen, apelando a las debilidades supersticiosas características de nuestros antepasados”. Y añado: las estafas inmobiliarias no son un tema de ahora, vienen de muy atrás… ¡Ahí lo dejo!
• La espada cincel, la novela de un grande de Castilla, en El Norte de Castilla
• La espada cincel, novela de un grande de Castilla, en Diario Palentino
• La espada Cincel, es Agencia ICAL
• Festival Renacentista de Valladolid
• Estamos obligados a creer y esperar, en Revista PaCo
En Sexto Continente de RNE- Literatura desde Castilla para el mundo
Entrevista “La espada cincel”, de Asier Aparicio en SER Valladolid
Entrevista por La Espada Cincel en Radio 4G
Crónicas lunáticas |
El ángel sobre las olas |
¡Tócala, Sam! |
El árbol nazarí |